jueves, 1 de noviembre de 2012

El ritmo de cierre de oficinas bancarias en España triplica al de la zona euro


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Según se desprende de las estadísticas del BCE, el sector bancario español cerró más de 5.000 oficinas entre 2007 y 2011, lo que representa una reducción de casi el 12%, porcentaje que triplica al registrado en la eurozona. En concreto, los países de la moneda única concluyeron 2011 con un total de 176.722 oficinas bancarias, un 3,7% menos que en 2007.
El adelgazamiento de las redes comerciales ha sido muy desigual en los principales mercados de la región. Mientras que en Alemania han cerrado sus puertas algo más de 1.900 sucursales durante la crisis (un 4,8% menos), en Francia la reducción apenas ha sido del 2,1%, y en Italia, lejos de menguar, el número de oficinas se ha visto incrementado en tres centenares.
En su caso, la diferencia respecto a España estriba, esencialmente, en que el sistema financiero transalpino no ha sufrido los efectos de un boom inmobiliario y, sobre todo, que la reconversión de sus cajas de ahorros se afrontó años atrás, propiciando un significativo proceso de concentración del sector (a finales de los años noventa llegó a haber más de 80 de estas entidades en Italia).
El país más poblado de sucursales
Pese al esfuerzo realizado por España para ajustar sus redes financieras a la nueva y difícil realidad económica, tendencia que ha proseguido en los primeros meses este año (al cierre de junio, el número de oficinas se situaba en 39.521 frente a las 40.103 de diciembre de 2011), lo cierto es que nuestro país sigue siendo con diferencia el más poblado de sucursales de toda Europa.
Superamos en varios miles de oficinas a países como Alemania (37.853 oficinas bancarias al cierre del año pasado frente a las 40.103 españolas), Francia (38.323), e Italia (33.561) y casi cuadruplicamos a Reino Unido, que en 2010 (último dato disponible) contaba con poco más de 11.600 sucursales.
España está haciendo, sin duda, sus deberes, pero la densidad de su tejido financiero sigue siendo muy elevada. Y es que una de cada cinco oficinas bancarias que existen en la zona euro está ubicada en suelo español. Una proporción que el reventón de la burbuja inmobiliaria, el paro, el desplome del consumo y la fuerte merma de la capacidad adquisitiva de los ciudadanos hacen insostenible.
Tijeretazo en las plantillas
Como es lógico, la gradual reducción de las redes comerciales de la banca ha llevado aparejado un proceso de adelgazamiento similar en las plantillas de los grupos financieros. En España, el número de empleados del sector ha pasado de 275.506 en 2007 a 245.956 a finales del año pasado, lo que representa un ajuste del 10,7%. Es el mismo porcentaje de recorte que exhibe la banca francesa, donde, no obstante, el volumen de trabajadores sigue siendo muy superior (379.199 en diciembre de 2011).
Un tijeretazo similar ha efectuado Reino Unido, donde el número de empleados de la banca ha pasado de más de medio millón en 2007 a 454.000 en 2011 (un 10% menos). En Italia, el recorte ha sido menor pero también significativo: un 7%, hasta los 315.979, mientras que en Alemania el recorte de plantilla ha sido del 3,9%, lo que no impide que siga siendo, con mucha diferencia sobre el resto, la más voluminosa de toda Europa: 663.800, dos veces y media más que en España, pese que el sector financiero germano cuenta con menos sucursales que el español.
En el conjunto de la zona euro, la disminución de la plantilla del sector financiero ha sido del 5,1%, porcentaje que en el caso de la UE se eleva al 6,08%.
Aún lejos de la meta
España ha recorrido, sin duda, un largo y doloroso trecho en el camino hacia el saneamiento y racionalización de su sector financiero, pero aún dista de haber llegado a su meta, que no es otra que la de conseguir una banca sana, recapitalizada y bien dimensionada capaz de volver a irrigar con crédito la malherida economía española.
Hay estudios, como el que realizó en primavera el Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), que cifran el exceso de sucursales en un 35% de la red, y que afirman que hasta 2014 el sector tendrá que reducir hasta 41.000 empleos. Y esto sin contar que Bruselas impondrá más recortes a las cuatro entidades nacionalizadas y a las que requieran ayudas públicas. Estos bancos tendrán que limitar el negocio a su zona tradicional y cerrar o vender la redes que queden fuera de este ámbito.
Los bancos españoles, y sobre todo las cajas, protagonizaron un impresionante expansión geográfica al son de las promociones inmobiliarias que se realizaban a lo largo y ancho de la geografía española en los años del boom del ladrillo. Con el crédito creciendo a un ritmo del 20% anual, había negocio para todos, pero ahora las cosas han cambiado y nadie cree que puedan reverdecer laureles. El resultado es que a la banca aún le falta meter tijera, tanto en las redes como en las plantillas.



Fuente: Diario Expansión
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