lunes, 18 de junio de 2012

¿Qué hago si tengo mi dinero en un banco nacionalizado?


Hasta que Joaquín Almunia, Vicepresidente de la Comisión Europea, ha señalado con su dedo a las entidades financieras nacionalizadas como candidatas a ser liquidadas, declaraciones que ha ratificado Amadeu Altafaf, portavoz comunitario de asuntos económicos, tener el dinero en estas entidades era motivo de tranquilidad. A fin de cuentas, pocos propietarios tienen la capacidad financiera que tiene un Estado.
El Gobierno ha descartado liquidar ninguna entidad, pero cada vez es menos fiable la información económica que emite el ejecutivo, máxime si corrige a los portavoces que van a tutelar el rescate o ayuda financiera de hasta 100.000 millones de euros.
Es razonable que el ahorrador que tiene su dinero en el Banco de Valencia, CatalunyaCaixa, Novagalicia o Bankia se pregunte qué tiene que hacer con su dinero. Deberían ser nuestros gestores políticos y económicos quienes trasladaran un mensaje informado de tranquilidad.
Siempre repito que el miedo es un mal consejero para el ahorrador. Y hasta hoy he defendido que el dinero dónde está más seguro es en los bancos nacionalizados. Sin embargo, no sería justo no dar mi opinión sosegada a los ahorradores preocupados por su dinero, que tan alegremente la Comisión Europea se ha encargado de alterar.
Lo primero es dejar clara una cosa: si se tienen menos de 100.000 euros en cualquiera de los bancos mencionados (o el resto del sistema bancario español) no se va a perder ni un euro. Sería inconcebible; el dinero de un rescate en primer lugar se utilizaría para garantizar este mínimo, si en algún momento se decide liquidar alguna entidad financiera. Por tanto, las cuentas corrientes, nómina, remuneradas y los depósitos a plazo fijo no corren ningún peligro. No vaya en tromba a sacar sus ahorros, no los perderá.
Si se tienen más de 100.000 euros, por precaución, si que recomiendo sacar el exceso y depositarlo en otra entidad. Más vale prevenir que curar.
Desde mi punto de vista una liquidación ordenada de una entidad financiera tampoco tendría que implicar un concurso de acreedores típico, con venta de todos los activos para pagar los pasivos que se pudiera. Si la Unión Europea actúa con un mínimo de precaución y quiere evitar la fuga masiva de capitales (que no lo olvidemos, se propaga como la pólvora si el ciudadano se asusta), garantizará los ahorros pese a que liquide un banco. Sin embargo, sería posible que no fuera así y sólo garantizara los 100.000 euros.
También afirmó Joaquín Almunia que esta eventual liquidación sólo se plantearía si la entidad no es sistémica. Lamentable, dado que es un concepto indeterminado y a mi modo de ver cualquier liquidación en estos momentos de miedo puede acabar siendo sistémica si propaga el miedo.
Por otra parte los que tengan fondos de inversión o de pensiones en bancos nacionalizados, que no se preocupen en absoluto: su inversión queda fuera de un concurso de acreedores, por lo que no perderían dinero, más allá de la posible inversión que el fondo tenga en acciones del banco quebrado (si el fondo tiene activos de este tipo).
Más peligro corren los ahorros en productos financieros no garantizados, como los pagarés o los bonos y obligaciones. En caso de liquidación, estos clientes pasan a formar parte del grupo de acreedores comunes. Cobran después de los privilegiados, que son las Administraciones Públicas, sueldos pendientes de los trabajadores y acreedores con garantía real, simplificando. Dependiendo del valor de los activos (inmuebles adjudicados, hipotecas y créditos vivos, etc) y de los pasivos privilegiados y comunes, cobrarán o no si se liquida el banco. ¿Qué les puedo recomendar?
Depende de cada caso particular, balance del banco que se liquidase y tantas variables que no es posible generalizar. Si el dinero que tiene en este tipo de productos es relevante, acuda a un experto financiero independiente que estudie el caso. En todo caso, en la medida de lo posible, intentaría desinvertir y trasladar el dinero a un producto más seguro. Sin embargo tiene un coste importante que hay que analizar de forma pormenorizada.
Si los ahorradores anteriores tienen motivos para cierta inquietud, en peor situación se encuentran los tenedores de participaciones preferentes (que cobran en penúltimo lugar) y los accionistas (que cobran los últimos si queda dinero). Mi intuición es que a los ahorradores que tengan aún preferentes de un banco que se pretenda liquidar, se les canjearía primero por depósitos. Eso sería lo mejor, si bien es complejo saber si algún acreedor impugnaría este acuerdo previo al concurso si se produjera en perjuicio de sus derechos.
El accionista es el mayor damnificado y sus opciones son pocas. Tranquilidad, paciencia e información. Y confiar en que nuestros gestores políticos y económicos estarán a la altura, de una vez por todas.
Siento no poder dar un mensaje más optimista; en todo caso, mi intención no es asustar sino informar. Esperemos que todo vaya lo mejor posible para los intereses de los ahorradores que han ganado el dinero con el sudor de su frente.
Fuente: Diario Expansión
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