sábado, 19 de mayo de 2012

La economía entra en la espiral de la desconfianza


España vive horas bajas. La economía ha entrado en una espiral nociva de la que resulta cada vez más difícil salir. La batería de medidas y ajustes aprobados por el Gobierno de Mariano Rajoy, incluida la esperada reforma financiera de hace una semana, no han logrado el efecto tranquilizador que se buscaba. Las dudas sobre el sector financiero, lejos de remitir, se agravan con Bankia en el centro de la tormenta. El mercado ha dejado de confiar y con la prima de riesgo rondando los 500 puntos básicos la situación se vuelve cada día más crítica. La capacidad de maniobra del Gobierno flaquea y cuando más que nunca se requiere una respuesta política a nivel europeo, un mensaje de unidad, los problemas de Grecia, obligada a convocar elecciones de nuevo, retrasan cualquier actuación política conjunta hasta que pasen los comicios helenos del 17 de junio y se despeje el futuro del país.
España necesita oxígeno para no estrangular más la economía. Precisa tiempo para completar las medidas adoptadas para reconducir el déficit y el mercado parece cada vez menos dispuesto a dárselo. El Gobierno trata de tranquilizar y niega que necesite ayuda. Bruselas, en la misma dirección, aplaude los pasos adoptados. El viernes mismo reconoció que España no tiene por qué pensar en un rescate cuando está implementando las reformas adecuadas y cuenta con capacidad para refinanciarse.
El problema es que la presión crece y el próximo mes, plazo en el que se despejará si Grecia se queda o no en el euro, se perfila clave con la tensión de los mercados en niveles de alerta roja y el miedo ya en las calles. El propio ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se vio obligado a declarar esta semana que la posibilidad de un corralito en España es "técnicamente imposible".
¿Podrá aguantar España los envites del mercado? Las compras de deuda y la liquidez masiva por parte del BCE se ven como la única vía para calmar los mercados a corto plazo y ganar un tiempo precioso pero pocos expertos esperan que acceda a gastar uno de los pocos cartuchos que le quedan. La situación tendrá que ser extrema. Es la política que ha adoptado la institución desde el arranque de la crisis. La estrategia que precipitó la salida de Berlusconi en Italia. Al final se trata del arma de presión que tiene Europa para asegurar que las reformas se vayan implementando y que las comunidades autónomas, uno de los principales focos de desconfianza junto con el sector financiero, cumplan con los recortes prometidos. Por lo pronto, Madrid, Valencia y Castilla y León registraron un déficit en 2011 superior al comunicado a Hacienda y remitido al Eurostat, en una cuantía de 3.000 millones, según se conoció este mismo viernes, que pone en duda el dato del 8,5% de cierre de déficit público del pasado año.
Entretanto la escalada de la prima de riesgo amenaza con agravar el deterioro económico, acelerado precisamente por las reformas y recetas de ajuste. En el primer trimestre la actividad cayó un 0,3%, un recorte de la misma magnitud al registrado en el último trimestre de 2011 que confirma la vuelta a la recesión. Y el problema es que las perspectivas no son nada halagüeñas. En los tres primeros meses la demanda interna cayó un 0,7%, una cifra menor al retroceso del 1,7% registrado en el trimestre anterior, al tiempo que el consumo se mantuvo estable y la inversión en construcción cayó un 3,3%, un deterioro menor al 4,7% que experimentó a finales de 2011. "Resultará difícil que estas leves mejorías se mantengan", augura Société Générale.
Las previsiones de la propia Comisión Europea son demoledoras. Bruselas prevé que el PIB se contraiga un 1,8% este ejercicio y augura una escalada de la tasa de paro hasta el 25%. Al mismo tiempo espera que España incumpla el objetivo de déficit fijado en el 5,8%. Prevé un 6,4%.
Una evidencia más de la espiral nociva en la que se encuentra inmersa la economía española, a la que hay que sumar el daño que causa la creciente desconfianza hacia la banca. La rebaja de calificaciones de Moody's el jueves a 16 entidades no ha hecho más que poner el dedo en la llaga. Los motivos que aduce para justificar la decisión son el adverso entorno de negocio, -agravado por la recesión, las medidas de austeridad y el desempleo-, unido al temor a un deterioro de la calidad crediticia más allá de la cartera de préstamos inmobiliarios por el repunte de la morosidad. Todo ello complicado por un acceso restringido al mercado de capitales.
Al final los esfuerzos del Gobierno han resultado insuficientes y aunque Moody's reconoce que la rebaja habría sido mayor sin el fortalecimiento de capital exigido y las mayores provisiones, el castigo no se ha podido evitar. El entorno económico empeora por los ajustes y el agujero real de la banca se ha convertido en el principal interrogante que pesa sobre España. "No pensamos que el sector pueda cubrir por sí solo las necesidades de capital", dice María Cabañas, de Moody's.
La reforma financiera busca aumentar la transparencia sobre la situación real del sector para acabar con las dudas pero la exigencia de más provisiones estrangulará más el crédito, con consecuencias negativas para la economía. Y al final, el encargo de la valoración de los balances a dos expertos independientes, además de mermar la credibilidad del Banco de España y por tanto del país, hacen temer que aflore un agujero todavía mayor al detectado por el Gobierno. En Irlanda los problemas de la banca fueron al final los que precipitaron el rescate de la isla. De poco sirvió la valoración de expertos independientes o que el país asegurara que tenía cubiertas sus necesidades de financiación. El mercado no dio tregua y el aumento de los costes de financiación se hizo insostenible.
España tiene margen suficiente para capear la tormenta un tiempo. El Tesoro tiene un colchón de capital de 44.036 millones y ha demostrado que se puede financiar. La pregunta es durante cuánto tiempo si persiste la desconfianza y continúa la fuga de capital extranjero (ver apoyo). Los ajustes y reformas buscan devolver la confianza pero no lo logran. "Las medidas de Rajoy van en la buena dirección pero son insuficientes para retomar el vuelo", comenta Félix González, socio director general de la EAFI Capitalia Familiar.
Hace falta más y las dos recetas más repetidas por los expertos para poner fin a las dinámicas degenerativas incorporan ayuda del exterior. En concreto se basan en una relajación de los objetivos de déficit o al menos un alargamiento de los plazos, un giro en Europa hacia un mayor fomento al crecimiento y apoyo al sistema financiero para acabar de una vez por todas con las dudas que genera. Las compras masivas de deuda por parte del BCE se ven como la solución para ganar tiempo. El veredicto de los tasadores independientes a la banca será clave. Entonces se esclarecerá si se necesitará dinero público más allá de los 15.000 millones que estima el Gobierno. En Bruselas los mecanismos de apoyo están en marcha y si los esfuerzos del Gobierno resultan insuficientes para cubrir el agujero se teme que será entonces cuando se solicite apoyo a Europa. "España necesitará fondos pero solo cuando no suponga un estigma", recuerda José Manuel Pazos, de Omega IGF. Primero hace falta solucionar el problema griego, establecer un gran cortafuegos y aclarar el rumbo político de la UE. Muchos retos cuando el tiempo apremia.

Claves de la situación

1 Financiación. El Tesoro tiene cubiertas ya más del 53% de sus necesidades de financiación (85.900 millones) a medio y largo plazo para este año. Esta semana ha vuelto a cubrir sus objetivos con emisiones de letras y bonos, lo que demuestra que se financia sin problemas aunque a tipos más caros. Al mismo tiempo, cuenta con un colchón de capital en el Banco de España que ascendía a 44.036 millones en abril lo que le permitirá cubrir con holgura los vencimientos de los próximos meses.
2 Fuga de extranjeros. La huida de capital extranjero de España en los últimos meses es una de las principales amenazas que se ciernen sobre la economía española. En lo que va de año los extranjeros han pasado de controlar el 50% de la deuda pública a controlar el 37,4%. "Si no se frena esta tendencia podría ser una seria amenaza a la estabilidad financiera del país", avisa en un informe Antonio García Pascual, de Barclays.
3 Déficit. Uno de los motivos detrás de la creciente desconfianza hacia España radica en el incumplimiento de los objetivos de déficit en 2011. La cifra quedó en el 8,5% del PIB frente al 6% esperado y ayer mismo el Gobierno se vio obligado a corregir la cifra al debido al incumplimiento de tres comunidades autónomas. El objetivo del 5,3% impuesto para este año se convierte en un reto cada vez más difícil de lograr.
4 Comunidades autónomas. Junto con el sector financiero son el otro foco de preocupación de los mercados. Esta misma semana las comunidades se comprometieron al mayor recorte de su historia, cuantificado en 18.349 millones, clave para que el Estado reconduzca el déficit.

La duda permanente del futuro griego en el euro

Grecia se ha vuelto a convertir en un gran foco de tensión para la zona euro. La incapacidad del país para formar Gobierno tras la elecciones del 6 de mayo ha obligado a repetir los comicios el próximo 17 de junio y del resultado dependerá tanto el futuro del país como el de la zona euro. Las posibilidades de que Grecia abandone la moneda única nunca han sido tan elevadas como ahora. La Comisión Europea negó el viernes que esté trabajando en un plan de emergencia por si sale del euro. Aseguró que su objetivo es que Grecia continúe pero las dudas están en el aire. El mensaje de apoyo político no es ya tan contundente como hace meses y el principal temor es el efecto en los mercados de tal desenlace.
"La protección que han generado las medidas extraordinarias de los bancos centrales debería contener la volatilidad hasta cierto punto, pero los líderes políticos tendrán que implementar algunas medidas muy valientes para evitar una ola especulativa", avisa Cosimo Marasciulo, director de renta fija soberana europea y de divisas de Pioneer Investments. El principal miedo es el efecto contagio que pueda suscitar una salida de Grecia. Muchos expertos temen que el mercado empiece a especular inmediatamente con la salida de otros países débiles como Irlanda, Portugal o España, lo que podría poner en peligro el futuro de la zona euro si no se establecen los cortafuegos necesarios. "En caso de contagio real, alguna forma de financiación de la deuda vía el fondo de rescate o el FMI se podría poner sobre la mesa", augura RBS.
Pese a todo, muchos expertos ven difícil la salida de Grecia del euro. "Nuestro escenario base es que la probabilidad de que Grecia salga del euro el próximo año es del 15%. En nuestra opinión un evento así tendría un impacto negativo muy serio en Grecia y en el resto de la zona euro", argumenta Credit Suisse. La firma augura una caída adicional del PIB griego de entre el 10% y el 15%, además de una escalada de la inflación del 20%.
El coste para el resto de la región es el otro gran temor. "Pondría en juego 400.000 millones de los rescates implementados y las ayudas del BCE y el banco de Grecia", añade RBS. Eso sin contar con los peligros inmediatos de fuga de depósitos y capitales en la región. Citi advierte, además, que el BCE tendría que inyectar otros 800.000 millones para evitar el contagio. El futuro del euro está en juego y el devenir de Grecia será determinante.
Fuente: Diario Cinco Días
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