martes, 17 de enero de 2012

Rajoy da el sí a la tasa bancaria de Sarkozy y éste le apoyará en el BCE

MADRID- España y Francia tomaron ayer conciencia de que hoy les es todavía más útil que ayer caminar juntas, incluso para mirar a Alemania, en un escenario que cambia cada día y que en algo ha cambiado después de que la agencia Standar & Poor´s rebajase la máxima calificación de la deuda francesa (así como la española, en dos escalones). 

Y eso que ayer el presidente francés, Nicolas Sarkozy, quitó importancia al tirón de orejas que ha recibido su deuda y pidió actuar con «sangre fría» con la justificación de que Moody´s  le ha dado un tiempo de gracia al mantenerle la matricula de honor, con  un «pero», la seria advertencia de los riesgos que para la misma se derivan de la crisis de la deuda y de los problemas de crecimiento de la eurozona. Moody´s tiene hasta final del trimestre para anunciar sus conclusiones. 

Con la perspectiva de un Consejo Europeo ante el que crecen los retos para la zona euro, España y Francia reforzaron ayer su unidad política y económica y así lo escenificaron el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, y Sarkozy, tras la entrevista de alrededor de una hora que celebraron en el Palacio de la Moncloa.  

Los dos mandatarios siguen conjugando el verbo recortar ligándolo a «gastos» y a «déficit», y también pregonan su compromiso reformista. Pero los dos también colocan el mismo acento en la necesidad de que esos ajustes y esa política de contención del gasto público vaya acompañada de estímulos y de medidas que impulsen el crecimiento económico. El Gobierno de Rajoy necesita que España siga recibiendo financiación y apoyo del Banco Central Europeo. Y eso depende, en buena medida, de Berlín: a ello se está dedicando la diplomacia monclovita y en esa causa a Rajoy no le viene nada mal tener de su lado a Sarkozy. «Si España no tiene éxito, eso tendría un gran impacto en las decisiones europeas; si Italia no tiene éxito, sería una catástrofe para todos. Esa implicación nos obliga a la solidaridad. Y la implicación entre Francia y Alemania es tal que si en Francia hay un problema, inmediatamente Alemania tendrá un problema», sentenció el presidente francés. 

La «implicación» entre Francia y España se concretó ayer en un sonoro intercambio de cromos. El Gobierno francés solemnizó su apoyo al deseo del Gabinete de Rajoy de mantener un puesto en el consejo ejecutivo del Banco Central Europeo cuando concluya el mandato de José Manuel González Páramo como miembro de dicho organismo. Y en reciprocidad, el Gobierno español se sumó categóricamente a la propuesta francesa de crear una tasa a las transacciones financieras  a nivel europeo,  sin matices, ni siquiera aunque los matices los haya puesto la canciller alemana, Angela Merkel. Merkel y Sarkozy, necesitados los dos por distintos motivos de reconciliarse con la opinión pública, apoyan la creación de la conocida como «tasa Tobin» con el objetivo de que la banca contribuya a la salida de la crisis, si bien han escenificado su desacuerdo sobre el calendario y la forma de aplicarla. El presidente español se suma a la urgencia que un Sarkozy en tiempo electoral quiere imprimir a una medida que a él también le puede servir para modular la subida del IRPF que aprobó en su segundo Consejo de Ministros en respuesta a la desviación de dos puntos del déficit. Curiosamente, su contundente respaldo a la propuesta impulsada por Sarkozy anula una de las primeras iniciativas parlamentarias planteadas por el PSOE en la oposición pensando que iba a servirle para agitar la dicotomía entre izquierda y derecha. Rajoy negó diferencias entre Sarkozy y Merkel al respecto, pero por si acaso él avaló la urgencia que propugna el francés. «Todos queremos que se discuta, se apruebe y se haga ya. 
Con cuanta mayor rapidez se haga, mejor», manifestó. En esa urgencia en las decisiones comunitarias coincidieron también los dos mandatarios. Y en el terreno de los gestos, Rajoy se llevó del encuentro el apoyo expreso  a sus «valientes» medidas y su compromiso de seguir colaborando en la política antiterrorista para que, según le pidió, el Estado de Derecho no esté en suspenso en España ni en Francia por el anuncio de ETA de cese definitivo de la violencia. 
Hoy el presidente español ratificará  ante el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, su compromiso inquebrantable con la reducción del déficit público y con las reformas estructurales.






Fuente: Diario La Razón
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